Hoy estamos viviendo un desafío para avanzar hacia nuevos paradigmas, una nueva comunidad, una nueva conexión con nuevas posibilidades. ¡Y podemos logarlo!

Para ello tenemos que pasar de este ser individual, de este ser aislado, de este ser que vive en esta mente a un ser mayor, a un ser que está conectado a toda la vida.

Son momentos difíciles, por lo que quiero ofrecerte recursos para activar creativamente estos retos que vamos a vivir y ver cada vez más.

Estos pasos pueden ayudarte para fortalecer nuestro ser interior y crear nuevas realidades.

Conectando con nuestro centro

Lo primero es poner el foco de la atención centrado en nuestro centro, en nuestro estado físico. Entrar en un estado de presencia consciente y abierta. Un lugar de presencia tranquila en la cual podemos convivir con cualquier turbulencia a nuestro alrededor.

Conectando más allá de los problemas y entrar en ese estado de calma en nuestra mente.  Desde ese lugar conectado en calma, es desde donde podemos empezar a trabajar para saber en qué dirección queremos avanzar y posteriormente pasar a la acción.

Encuentra un lugar tranquilo, un espacio cómodo. Encuentra la postura adecuada para realizar la práctica en la que puedas estar relajado, atento en un estado de apertura.

Respira profundamente… inspirando y espirando…  y con las manos en el corazón fija la atención en la intención que hayas elegido en una frase y repítela varias veces.

Por ejemplo:

“Me devuelvo a mi mismo, me devuelvo a una conexión con toda la vida, con todo lo bueno. Me devuelvo a eso”.

Relaja el cuerpo, tranquiliza la mente… abre el corazón. Siente la conexión con tu ser interior.

Desde ese lugar, observando y siguiendo tu respiración con cada inspiración y con cada espiración… el cuerpo se relaja cada vez más.

Ahora vamos a introducir algunas semillas de luz por la parte superior de la cabeza. Cada semilla tiene un color y contiene una intención.

Cogemos la primera semilla de luz, la semilla de la relajación del cuerpo. La alzamos por encima de la cabeza y la dejamos caer… y sentimos una relajación total en el cuerpo a medida que se expande el color por todo el cuerpo.

Cogemos la segunda semilla de luz, la semilla de la tranquilidad en la mente. La alzamos por encima de la cabeza y la dejamos caer… y sentimos una profunda tranquilidad en la mente a medida que la luz se expande por la mente.

Cogemos la tercera semilla de luz, la semilla del corazón.  La alzamos por encima de la cabeza y la dejamos caer… y sentimos como abrimos el centro del corazón hacia nosotros mismos y hacia el mundo a medida que la luz se expande por el corazón.

Siente una intención positiva de lo qué quieres crear en tu propia vida, con tus seres queridos… con el mundo. Sostengo una intención positiva en mi corazón.

Cogemos la quinta semilla de luz, la semilla de la intención positiva y la proyecto en mí mismo, en mis seres queridos y al mundo.  La alzamos por encima de la cabeza y la dejamos caer… y sentimos como la intención positiva del corazón se proyecta y la luz se expande dentro de mi… y en mis seres queridos… y al mundo.

Cogemos la sexta semilla de luz, la semilla de aplicar la intención positiva, ¿qué es lo que puedo hacer para ayudarme a mí mismo y ayudar a otros? La alzamos por encima de la cabeza y la dejamos caer… la luz se expande y esperamos a que nos venga una respuesta.

La respuesta puede venir de varias maneras:

• Con una palabra, con una frase, para expresar lo qué puedes hacer para ayudarte a ti mismo y ayudar a los demás.
   
• Quizás pueda venirte una imagen de forma simbólica, un símbolo o una metáfora, para expresar lo qué puedes hacer para ayudarte a ti mismo y ayudar a los demás en estos momentos de dificultad.

Fíjate ahora qué imagen mental acompaña a esta palabra, a esta frase o símbolo. Pon el foco de la atención en esa imagen concreta realizando lo que puedes hacer, realizando la intención positiva… para expresar lo qué puedes hacer para ayudarte a ti mismo y ayudar a los demás.

Después espera a que sientas un “gesto corporal” que expresa el realizar está intención positiva. ¡Haz este gesto ahora con tu cuerpo!

Así encontramos esa conexión profundamente con nosotros, con la totalidad de la vida y sentimos la intención positiva que queremos vivir. Ahora nos preparamos para llevar esta intención positiva al mundo y compartirlo.

Nos ponemos de pie para llevar mentalmente esta intención positiva.

Imagina ahora una línea temporal en el suelo. Determina dónde está tu “presente”, “pasado” y “futuro” en está línea temporal.

Ahora colócate en el “presente” …  y conecta con tu centro, con tu intención positiva… y con tus recursos.

Respira hondo… manteniéndote centrado en lo qué quieres llevar a la vida.

Lleva las manos al corazón y respira con lo que quieres sintonizarte.

Realiza un gesto corporal que signifique compromiso para realizar esta intención positiva y llevarla al mundo.

Si no lo puedes realizar solo, piensa quién te puede apoyar, y dices:

“Me abro a todo lo que me pueda ayudar; maestros, sabios, culturas, lugares… y los invoco para ayudarme. Estoy abierto, centrado, comprometido con mi intención positiva para ayudarme a mí mismo y a los demás”.

Ahora vas dando pasos avanzando por la línea temporal hacia el “futuro” … avanzando hacia delante dando los pasos que necesitas para realizar tu intención positiva.

Cuál sería el primer paso… el segundo paso… el tercer paso… para realizar tu intención positiva hasta llegar al “futuro” donde ya estás realizando la acción.

Ahora que ya has dado los pasos y estas situado en el “futuro”.  Observa la imagen donde ya estás realizando la acción. ¡Entra dentro de la imagen! Estás dentro de la imagen…  y ahora vívelo, siéntelo, disfrútalo… lo estás realizando, lo estás proyectando. Fíjate qué estás haciendo, qué te estas diciendo, qué estás sintiendo. Y proyecta toda esa energía en tu intención positiva.

Transformando obstáculos en recursos para realizar la acción

Sitúate de nuevo en la línea del tiempo en tu “presente”. 

Ahora siente dónde te sientes bloqueado, apagado para llevar la acción adelante, para convertir tu intención positiva en acción.

Quizás sientes miedo, ansiedad, tristeza, rabia… conecta con esa emoción, con ese sentimiento, con ese estado.

En qué parte de tu cuerpo la sientes… conecta con esa energía.

Ahora pon tus manos en ese lugar del cuerpo donde sientes ese bloqueo o esa emoción.

Ahora dale la bienvenida y habla con esa emoción que estás sintiendo, de manera amable, amorosa… escúchala… acéptala con amabilidad, sin juicio, sin critica… sin dejarte arrastrar y perderte.

Deja que la conexión dentro de ti encuentre un lugar donde puedas convivir con esa emoción, con ese obstáculo y deja que fluya esa conexión con amor, con amabilidad para darle recursos y poderlo transformar.

Ahora vas dando pasos avanzando por la línea temporal hacia el “futuro”. Siente de que manera puedes cambiar este obstáculo o emoción en un recurso que te ayude para realizar tu intención positiva hasta llegar al “futuro” donde ya estás realizando la acción.

Cuál sería el primer paso… el segundo paso… el tercer paso… para realizar tu intención positiva hasta llegar al “futuro” donde ya estás realizando la acción.

Ahora que ya has dado los pasos y estas situado en el “futuro”.  Observa la imagen donde ya estás realizando la acción. ¡Entra dentro de la imagen! Estás dentro de la imagen…  y ahora vívelo, siéntelo, disfrútalo… lo estás realizando, lo estás proyectando. Fíjate qué estás haciendo, qué te estas diciendo, qué estás sintiendo. Y proyecta toda esa energía en tu intención positiva.

Ahora te invito a practicar y reflexionar en qué te comprometes a practicar. Podemos practicar la queja, la ansiedad, la culpa, o podemos elegir practicar ser la mejor versión de nosotros mismos en cada situación que estamos viviendo ahora y elevar nuestra consciencia para proyectarla en mí mismo y en los demás.

Espero que te haya ayudado, ese es mi propósito.

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